VIAJE POR EL MUNDO DE LA AUDICION
¿Cómo oímos?
La audición depende de una serie de pasos complejos que convierten las ondas sonoras que viajan por el aire en señales eléctricas. Estas señales llegan al cerebro a través del nervio auditivo.
Una vez que las vibraciones llegan hasta el líquido dentro de la cóclea, se forman ondas que viajan a lo largo de la membrana basilar. Las células ciliadas, que son células sensoriales sujetas a la superficie de la membrana, “bailan” con el movimiento de la ola. Las células ciliadas cerca de la parte ancha de la cóclea (en forma de caracol) detectan sonidos de tonos más altos, como el llanto de un bebé. Las células ciliadas cerca del medio detectan sonidos de tonos más bajos, como el ladrido de un perro grande.
Al moverse las células ciliadas hacia arriba y hacia abajo, unas proyecciones microscópicas parecidas a cerdas (conocidas como estereocilios), que se encuentran encima de las células ciliadas, se topan con una membrana sobresaliente y se inclinan. Esta inclinación hace que se abran unos canales que parecen poros, que están en las puntas de los estereocilios. Cuando esto sucede, ciertas sustancias químicas entran en las células, generando así una señal eléctrica.
El nervio auditivo lleva esta señal eléctrica al cerebro, que la convierte en sonidos que podemos reconocer y entender.
Oído externo El
pabellón auricular, a la manera de una pantalla receptora, capta las ondas
sonoras, enviándolas a través del conducto auditivo externo hacia la membrana
timpánica. La oreja del humano es prácticamente inmóvil y se orienta hacia el
sonido mediante movimientos de la cabeza. El pabellón auricular contribuye a la
localización de la procedencia del sonido: El hecho de poseer dos orejas
separadas por la cabeza (que se comporta como una pantalla acústica) hace que
el sonido llegue a ambos oídos con una diferencia temporal y de fase, lo que
sirve para localizar el sonido en el plano horizontal. De la misma manera los
repliegues del pabellón, y en particular la concha, sirven para localizar el
sonido en el plano vertical2 . En un sujeto con una oreja remodelada
quirúrgicamente, el error de localización del sonido es de 20°, mientras que en
la oreja no operada el error es solo de 3° a 4°.Oído medio El oído medio consta de: membrana timpánica, cavidad timpánica (o caja timpánica), cadena de huesecillos, cavidad mastoidea y trompa auditiva o trompa de Eustaquio.
La membrana timpánica cierra la parte inferior del meato auditivo externo, dividiéndolo de la cavidad timpánica y tiene dos superficies: una lateral que mira hacia el canal auditivo externo, y una medial que mira hacia la caja timpánica, contra la cual se aplica el mango del martillo que se adhiere a ella tenazmente. El complejo sistema de fibras que forman la membrana del tímpano le permite vibrar cuando recibe ondas sonoras. La conexión entre las fibras y el mango del martillo explica cómo las vibraciones de la membrana dan lugar a los movimientos de la cadena de huesos.
La caja timpánica es una cavidad ósea ubicada entre el oído externo y el oído interno. Incluye la cadena de huesecillos y se comunica a través de la trompa auditiva (también llamada trompa de Eustaquio) con la faringe, y, a través del aditus ad antrum, con el aparato mastoideo. La Caja Timpánica es una cavidad que normalmente contiene aire, la ventilación normal de la caja del tímpano viene dada por el correcto funcionamiento de la trompa de Eustaquio, que normalmente se cierra y abre gracias a la acción de una fuerza muscular (por ejemplo, tragar, masticar, estornudar, bostezar).
La cavidad mastoidea (posterior) consiste en una masa de tejido óseo esponjoso cubierto en la superficie por una capa de tejido óseo compacto: numerosas cavidades (celdas mastoideas) se alojan dentro del hueso esponjoso, la mayor de las cuales alcanza aproximadamente un centímetro de diámetro y se llama antro timpánico.
La trompa de Eustaquio o la trompa auditiva es un conducto de 35-45 mm de largo que conecta la pared anterior de la cavidad timpánica con la nasofaringe.
Oído Interno El órgano con el que oímos es el
cerebro. Pero el cerebro no tiene capacidad para comprender la realidad como
es. En la cóclea se convierten las señales acústicas (energía mecánica) en
impulsos eléctricos capaces de ser interpretados por el SNC. También en la
cóclea se discriminan los distintos sonidos según su frecuencia, se codifican
los estímulos en el tiempo según su cadencia y se filtran para una mejor
comprensión. En la función coclear se distinguen: un primer periodo en el que
lo fundamental es la mecánica coclear originada por los movimientos de los
líquidos y las membranas, un segundo período de micromecánica coclear en el que
ocurren desplazamientos del órgano de Corti con respecto a la membrana tectoria
y un tercer periodo en el que se produce la transducción o transformación de la
energía mecánica en energía bioeléctrica .
¿Cómo cuidar la audición?
- Reduce el número de aparatos sonoros que funcionan al mismo tiempo e intenta tenerlos siempre a un volumen bajo.
- No uses reproductores de música durante más de una hora al día y mantén el volumen por debajo del 60%.
CEREBRO AUDITIVO: La audición, como cualquier otra modalidad sensorial, posee una vía y unos centros primarios, es decir completamente dedicados a esta función, y otras vías no primarias, sobre las que convergen el conjunto de otras modalidades sensoriales.
VIAS AUDITIVAS PRIMARIAS
Esquemáticamente, esta es una vía corta (con 3 o 4 niveles), rápida (compuesta por fibras mielínicas gruesas) y que acaba en la corteza auditiva primaria (a la derecha).
Transmite la información codificada por la cóclea. En cada de los niveles se realiza una actividad específica de decodificación y de interpretación que se transmite a los niveles superiores.
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